UN POEMA DE «HASTA AQUÍ» (WISLAWA SZYMBORSKA) Y OTRO DE «POTO Y CABENGO» (ALEJANDRA VANESSA)

dscf4195

RECIPROCIDAD

Hay catálogos de catálogos.
Hay poemas sobre poemas.
Hay obras sobre actores representadas por actores.
Cartas motivadas por cartas.
Palabras que sirven para explicar palabras.
Cerebros ocupados en estudiar el cerebro.
Hay tristezas contagiosas al igual que la risa.
Hay papeles que provienen de legajos de papeles.
Miradas vistas.
Casos declinados por caso.
Grandes ríos con gran participación de otros pequeños.
Bosques hasta sus bordes desbordados de bosque.
Máquinas destinadas a construir máquinas.
Sueños que de repente nos arrancan el sueño.
Salud necesaria para recuperar la salud.
Escaleras tan hacia abajo como hacia arriba.
Gafas para buscar gafas.
Inspiración y espiración de la respiración.
Y ojalá de vez en cuando
odio al odio.
Porque a fin de cuentas
lo que hay es ignorancia de la ignorancia
y manos ocupadas en lavarse las manos.

(«Hasta aquí», Wislawa Szymborska; Bartebly Editores)

CON LAS MANOS AÚN HÚMEDAS
la madre marca los dígitos: seis seis cinco cero
siete nueve cuatro cuatro uno,
el número que ha marcado no existe,
comprúebelo de nuevo.
Otra vez seis seis cinco cero siete nueve cuatro uno,
uno menos.
Con cada tono, interpreta
qué come, qué suda, qué suavizante, qué.

Al momento la conversación se vuelve otra historia:
un por Dios,
un por-Dios-por,
un Dios,
novesque
no yo.

Y.

El teléfono, en el suelo.
Las manos, secas.

(«Poto y cabengo», Alejandra Vanessa; Valparaiso Ediciones)