PEQUEÑA SELECCIÓN DE POEMAS INÉDITOS

Martin Wittfooth

FRAGMENTOS DEL MAL QUERER (HAIKUS)

I

Cae tu carta:
entre las hojas secas
corazón muerto.

II

Si tengo hambre
no me sacio contigo:
sabes a nada.

III

Tú, depredador
que devora mi pecho:
comes carroña.

IV

La cucaracha
destroza mi paciencia:
sí, os parecéis.

V

La lluvia toca
la ventana: el cuerpo
nota ausencia.

Martin Wittfooth

LECCIONES SOBRE LA IMPUREZA

I
PECADOS DEL SOLITARIO

No manosees – maldita sea – mi corazón:

…………………………ya no me queda nada que entregar
…………………………ya no me queda nada que compartir

…………………………todo está corrompido

……………………………………………………sólo abrázame
………………………………………………………………………………y luego vete

………………………………………………………………………………no olvides que soy desierto
………………………………………………………………………………y tú la posibilidad de una herida.

II
RECICLAJE

A los viejos amores:
…………………………no sois culpables

fui yo la que se dejó arrastrar por vuestra tormenta
fui yo la que estrujó a la esperanza hasta secarla
fui yo la que creyó ser princesa y al final tan sólo era una mujer

…………eso sí

………..sois responsables de que mi cartilla del banco esté más vacía
………..por costear a la psicóloga que repara mi ego lesionado

……………mientras vosotros estáis tan tranquilos en vuestra puta casa
……………acumulando apestosas bolsas de basura con cadáveres de amor ajenos

por eso, no os perdonaré jamás ser cincuenta euros más pobre al mes,
………………………………………………………………………………………………………….malditos cabrones,
………………………………………………………………………………………………………………………………..jamás.

III
LECCIÓN DE ADIESTRAMIENTO CANINO

Cuando abrazo con cariño a mi perro
me entrega su lomo:
…………………………………….la confianza es mutua

perdona que nunca te abrace ni de frente ni de espaldas:

…………………………………………….desconozco el número de cuchillos que escondes
…………………………………………….en todos tus bolsillos,

y perdona, de corazón, que te haya llamado perra:

…………el término adecuado es ese insulto que no pronunciaré
………..por respeto a la pobre mujer que, inconscientemente, te arrojó al mundo.

Martin Wittfooth

© De los poemas: Ana Patricia Moya.
© De las imágenes: Sus respectivos autores.

CINCO POEMAS INÉDITOS

Irina and Silviu Szekely

TRA(D)ICIÓN  HEREDADA

Todos los gatos que tuvo mi abuela
eran negros y los bautizaba con el mismo nombre
………………………………………………………………………………………….-Panchos o Panchas-,

yo, por suerte para mi frágil salud mental,
no he tenido tantos amantes,
aunque todos poseían un color de corazón idéntico
…………………………………………………………………………………………-como el carbón-
y se llamaban igual:

…………………………………..traidores.

Van Arno

EL AULLIDO DE LOS REPLICANTES

“No soy Shakespeare,
pero puede ser que algún día ya no escriba más
abstracto o de otros.
Siempre habrá dinero y putas y borrachos
hasta que caiga la última bomba,
pero como dijo Dios
cruzándose de piernas:
veo que he creado muchos poetas
pero no mucha poesía.”
Charles Bukowski

 He visto a jóvenes poetas de mi generación
mendigando, de rodillas, por un premio literario
antes de cumplir los treinta,
enmascararse para lanzar cuchillos
a las espaldas de enemigos y colegas
o reclamando su puesto en el parnaso
cuando no hay nada en su escritorio

………………………………………………………………….sí, yo he visto cosas que jamás creeríais,
que a esta casta de idiotas les salpica la mierda

mientras tanto
yo
lleno el carrito de la compra con yogures para el estreñimiento
desinfecto a fondo los cuartos de baño con lejía
pago semanalmente Bonolotos, Primitivas y algún que otro cupón
canturreo “I got you under my skin” y “Like a virgin”
mientras leo cómics prestados de la biblioteca
o escribo

……………………..sin la certeza de saber realmente

……………………..qué coño es la poesía.

Joshua Hagler

LO QUE MUCHOS OLVIDAN

 Le compraron un andador
pero mi abuela se negaba a usarlo,

caminaba, apoyándose en las paredes
o en su bastón,

no admitía ayuda de nadie
y a pesar de la fatiga
conseguía alcanzar la cocina
para preparar la masa de las croquetas
la salita para rezar el rosario
…………………………………………………..o ver, por enésima vez, Lo que el viento se llevó

o al patio del chalet de mis tíos
para tomar el sol y jugar con los perros

…………………no es ningún secreto
………………..que la terquedad y el orgullo
………………..están en los genes de la familia

…………………………………….también la constancia:

…………………………………………………………………………más tarde o más temprano llegamos
……………………………………………………………………………………………………………a cualquier parte.

Ronit Baranga

SERIE TRAGICÓMICA

Una se acostumbra
al mantel con plato y cubierto,
a la propia calidez
bajo la colcha,

una se adapta
a la ausencia del hombro
cuando asoma la lágrima,
a la presencia - inmediata -
cuando late - con ímpetu - el sexo,

una sobrevive
a estos seres con complejo de veleta
dotada con un corazón salvaje

.....................................................................destinado a la mortaja.
Paco Pomet

CASCOS POLARES

Sé que no vas a regresar

………………………….sé que crees que soy fría
…………………………-tengo la calidez de un iceberg-
………………………….y que me imaginas, en estos momentos,
…………………………en el sofá, cubierta de mantas viejas,
…………………………viendo películas románticas de bajo presupuesto
…………………………con el estómago lleno de palomitas y helado de chocolate

……………………………….y sin embargo, aquí estoy, continuando rutinas domésticas
……………………………….sollozando sólo cuando la lejía penetra profundamente en …………………………………………………………………………………………………………./mis fosas nasales
……………………………….o cuando me niegan la oportunidad laboral por ser mayor …………………………………………………………………………………………………………………………/de treinta

………………………………fuiste un capítulo breve de una novela de segunda mano
………………………………-o, peor aún, un episodio piloto de final predecible-,

………………………………………………………..no olvides que no se puede echar de menos
………………………………………………………..algo que nunca se ha tenido.

Joshua Hagler

©De los poemas: Ana Patricia Moya
©De las imágenes: Sus respectivos autores

Van Arno

CUATRO POEMAS INÉDITOS INCLUIDOS EN LA EDICIÓN CHILENA DE “PÍLDORAS DE PAPEL” (PARTE DOS)

EL AROMA DE MIS ENTRAÑAS SOLITARIAS

Al otro extremo de mi hilo rojo del destino

está atado mi clítoris.

Amor ególatra.

FÁBULA DEL ETERNO DESEMPLEADO DE NUEVA GENERACIÓN

«Tan sólo un pensamiento me conforta:
Las casas están llenas de frustrados.
De seres, como yo, sin aptitudes
para ser singulares en enjambres
pese a aspirar brillara su luz propia.

Y poco a poco fueron acogiéndose
a un amor, profesión, final destino
que no era el que anhelaran. Y están solos.»
(José María Fonollosa)

¿Discapacitada?
¿Tienes menos de treinta?
¿Estás dada de alta como autónoma?
¿Quieres aportar valor a nuestra empresa con prácticas?
¿Te agradaría adquirir más experiencia como voluntaria?

Destino final del currículum
(a pesar de que lo “admiran” con cierta exageración):

la papelera

(también denominada como “archivo común de candidatos”).

Y otra vez esa sensación de fracaso que se reproduce
 todas las mañanas, a la hora del desayuno:
 este ciclo sin fin aburre al cerebro
 y amarga al estómago con el café
(la diarrea es una excusa ideal
para no procurar otro esfuerzo en vano;
aparte, la diferencia entre visita al váter y entrevista laboral
es que eres tú el que siente placer arrojando mierda).

Durante una temporada,
una fuerza “invisible” te impulsa al intento

una y otra vez, una y otra vez,

pero las semanas y los meses transcurren,
las negativas se suceden, encadenadas,

y te das cuenta de que estás indefenso, muy indefenso.

Toda esa existencia idílica que te pintaron
– un piso hipotecado, vacaciones exóticas,
una pensión de jubilación, quitar a tus padres de trabajar –
cuando memorizabas apuntes
y currabas de becario, como un cabrón,
se disipa, ante tus ojos,

y todo es gris,

y las ganas de batallar te abandonan
porque la esperanza de algo mejor no está en el suelo que pisas.

Y yo, por mi parte, no quiero seguir.

No quiero seguir.

 Estoy cansada.

 He confinado los títulos, papeles y demás
en la caja más recóndita de mi armario;
para que los antidepresivos no me vuelvan a arrastrar,
he renunciado a que se follen mi dignidad
con los cuentos de siempre
– esos que me hacen sentir inútil, vieja, estúpida: inservible -,
para concluir esta fase de apatía y mala leche,
de este puto mal genio de los cojones
que aflora con quienes menos lo merecen,
y que borra sonrisas de mi rostro,

porque la poesía ya no desprende efectos anestésicos

no me sana
no me llena
me da asco.

He sacado algunas maletas de viaje del trastero,
las he colocado en un lugar apartado de mi habitación,
para observarlas, siempre con resquemor,
y así mentalizarme de que, aunque me desgarre el alma,
posiblemente, sea la llave para huir de toda esta miseria.

Poemas: Ana Patricia Moya
Fotografía: Andy Feltham

TRES POEMAS INÉDITOS (Paciencia)

PACIENCIA
"Me pesa la pared. La casa entera.
Hay tanto espacio.
Me sobra todo.
Me falta
todo.
[...]
Ya no distingo
entre la pared
y la carne.
El silencio es brutal. Quema.
Sobrevivir no es salvarse."
Ana Vega

I
[INÚTIL] DECLARACIÓN DE INTENCIONES

Yo cosecho paciencia,

                           paciencia

                                     en esta tierra infértil
                                     para aspirar a la felicidad
                                     tan sólo dependiendo de mis manos
                                     como únicas herramientas.

II
 RESILIENCIA

Sembrar en el fango
                                     esperar

los cuervos revolotean
se comen las semillas de la ilusión

                                   y esperar

no surgen los frutos
                                 -quizás algún brote pequeño
                                  para nada insignificante
                                 pero sí insuficiente-

                                    y retornar al principio
                                                    hasta la extenuación

                                    no por convencimiento
                                                         es por orgullo

                                                               lo único que aún da sentido a respirar
                                                               en este páramo de piedras y mentiras.

III
 EL REINO DE LOS AUSENTES

Arrastro la voluntad
 como la piedra de Sísifo

“valor”, alientan mis padres

“sé tú misma”
                         -deprimente que una psicóloga
                          me lo tenga que repetir
                          como un salmo-

y antes de llegar
      flaqueo
      y otra vez
     este estúpido juego
     que despedaza mi voluntad
     y otra vez
     desciendo para empujar
     con más rabia
     y otra vez
     contemplo como otros consiguen tocar la cima
     valiéndose de manos ajenas
                                                      y no, no son los afortunados:
                                                                              son los que no confían en sí mismos

y eludo a los que se llenan la boca de gloria y triunfo
cuando no conocen el significado de la auténtica lucha,
                                                                                     
                                                                             porque su legado será el silencio.


Poemas: Ana Patricia Moya
Ilustraciones: Charles Wish

«CORRESPONDENCIA», MICRORRELATO GANADOR DEL VII CERTAMEN LITERARIO CANYADA D´ART (2016)

CORRESPONDENCIA

Después de leer la carta, ella, con su vieja máquina de escribir, se tomó su tiempo para redactar unos folios acerca de lo acontecido aquella semana; al concluir, los introdujo en un sobre con sello y salió a la calle. Al meter la carta en el buzón, apareció el cartero del barrio; avergonzada, lo eludió: sólo él sabía el secreto de sus cartas con idénticos remitente y destinatario. Ya en casa, notó el peso de la soledad. Conocía a gente que podría escribirle, pero nadie le dedicaba palabras sobre papel: sólo así sentía cercano un corazón frente a la frialdad de la pantalla. Se consoló sabiendo que en unos días recibiría, con ilusión, otra carta. Aunque fuera suya.

ANA PATRICIA MOYA

Ilustraciones: Roby Dwi Antono

VEINTE CON VEINTE: VISIÓN POÉTICA (POETA NO: SUPERVIVIENTE)

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POETA NO; SUPERVIVIENTE

Empecé a escribir poesía a raíz de una depresión. Como entre mis planes existenciales no contemplo el convertirme en una adicta a las pastillas, saqué papel y lápiz para redactar mis experiencias, a modo de terapia. No era la primera vez que escribía: mis primeros pasos literarios se remontan en mi juventud cuando me atreví con la novela breve y los relatos (que aún conservo por puro sentimentalismo pero que, por sentido común, jamás verán la luz); tuve oportunidades para iniciarme en poesía, pero por respeto (miento: la consideraba como una cursilería supina) ni lo intenté, hasta que el especialista amenazó a la economía familiar con tratamientos costosos. Años después, en mi etapa universitaria, descubrí que había poesía más allá de las lecturas obligatorias (y soporíferas) del instituto: extraje antologías literarias contemporáneas (ya descatalogadas) que me revelaron un tipo de poesía diferente. Empujada por la curiosidad, comencé a descubrir más autores coetáneos: era inevitable sentirse identificada por compartir inquietudes semejantes. Con respecto al método de escritura, antes era más intuitiva a la hora de redactar textos, pero actualmente me cuesta parir poemas: anoto ideas en notas, las desarrollo en cuadernos, las paso a limpio, las imprimo, reviso y corrijo las veces que sean precisas (el esquema es idéntico a cuando escribo relatos, aunque para la narrativa me esmero más: hilar historias supone un reto, requiere más elaboración). Aparte de la literatura en general, la cultura pop (el cine, el cómic y otras manifestaciones) es fuente de inspiración inagotable. Y sí, soy de las que escriben a mano todavía (lo sé: soy una moderna insoportable). También leo todo tipo de géneros, aunque admito, sin vergüenza, que actualmente apenas leo poetas de nuevas generaciones porque no me llenan (a honrosas excepciones) y por eso he regresado a lecturas de clásicos y autores de referencia personal, sean hombres o mujeres. Para mí, la sensibilidad poética no es especial en un sexo u otro: distinto es que el sistema esté controlado por medios masculinos. Me aventuro a considerar que ahora las poetas son más visibles, siempre y cuando pertenezcan a una “élite” poética o tengan afinidades (o facilidades) que les permita despuntar.

Me desagradan las etiquetas y rechazo las imposturas. Yo no concibo la poesía como una profesión o forma de vida. De hecho, yo me considero antipoeta: sólo escribo por puro desahogo. Por eso, escribo sobre lo que me afecta (la enfermedad, la precariedad, el desamor, la familia, el dolor). La función de los auténticos poetas es dotar de sensibilidad a un mundo cada vez más deshumanizado. Un verdadero poeta es empático: sabe transmitir, y su poesía también puede utilizada como un arma de lucha social (lástima que muchos sucumben al encanto del poder). Yo no albergo ambiciones literarias: aspiro a la tranquilidad (soy aburrida y convencional). Escribo poemas porque me apetece y eso me diferencia de los poetas vocacionales u profesionales (esos que estudian filología, se integran en tribus literarias a la sombra del líder que los proteja a cambio de favores o que coquetean con la política). No me involucro en grupos u movimientos poéticos: la literatura no tiene absolutamente nada que ver con egos hinchados y sus bochornosos tejemanejes para controlar el ámbito cultural.

Me gusta compartir mis poemas, relatos y demás en el espacio virtual. Creo, firmemente, que gracias a la red hemos sido testigos de un boom poético excepcional y sin precedentes; con independencia de las bondades de las redes sociales (descubrimiento de nuevos talentos, otras alternativas editoriales, entre otras) y sus perversiones (explosión del fenómeno fan, estrategias de marketing editorial centradas en criterios de rentabilidad y no de calidad, banalización del género, etc), son herramientas útiles para la difusión poética. Dependerá del usuario \ lector discriminar los contenidos.

Ana Patricia Moya

(Texto incluido en 20 con 20: diálogos con 20 poetas españolas actuales)

Han dicho de 20 con 20:

EL CULTURAL (suplemento):
http://www.elcultural.com/revista/letras/Poesia-femenino-singular/38277

LA GALLA CIENCIA (revista):
http://www.lagallaciencia.com/2016/09/20-con-20-dialogos-con-poetas-espanolas.html

EL PAÍS:
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/08/15/babelia/1471261587_509532.html

BLOG DE RAMÓN BASCUÑANA:
http://elalmadelapiel.blogspot.com.es/2016/07/20.html

2020

VEINTE CON VEINTE: DIÁLOGOS CON POETAS ESPAÑOLAS ACTUALES (I) UN POEMA INÉDITO INCLUIDO

2020

V

Por qué

Fregar y barrer la casa
como metáfora de pretensiones estériles

no poder erradicar definitivamente la roña
de la incertidumbre con unas cuantas pasadas

asumir
que ni un [vulgar] poema sobre la lejía
transformará este mundo inefable
y mi anodina existencia.

ANA PATRICIA MOYA

Y no olvidéis votar, si os apetece, para alguno de mis relatos presentados: https://anapatriciamoya.wordpress.com/2016/07/08/tres-microrrelatos/

DOS MICRORRELATOS INÉDITOS

RANDY MORA

FAUNA URBANA

Aquel hombre tan elegante subió al tren, con destino al centro de la ciudad. Al
acomodarse en su asiento, se desajustó la corbata, se secó el sudor de la frente con un pañuelo y la mancha de carmín del cuello. Sonrió, satisfecho: la cita con aquella atractiva señora había sido todo un éxito. El galán comprobó su teléfono móvil: recibió un mensaje de la mujer; en el mismo, aparte de agradecerle su puntualidad, le confesaba que se sentía impresionada por su actitud madura, a pesar de su juventud. Éste se limitó a teclear una contestación educada, indicando fecha y hora para reencontrarse. Al llegar a su parada, bajó, apresurado, en dirección al cuarto de baño. Cerró el pestillo de la puerta y comenzó a deshacerse del abrigo, traje de chaqueta, zapatos y la maleta de piel que guardó en la bolsa de viaje; de la misma, extrajo unos pantalones vaqueros, una roñosa camiseta publicitaria y unas deportivas sucias. Una vez vestido, frente al lavabo, se revolvió el cabello y se lavó las manos para eliminar los restos de la gomina. Al salir de la estación de metro, volvía a ser “empleado Juan”, tal y como reflejaba la placa de plástico que se colocó en su pecho, un repartidor de comida rápida a domicilio, con afición a disfrazarse de abogado interesante, soltero y exigente, un soñador que anhelaba una vida mejor al lado de alguna incauta que lo mantuviera. El pasaporte a la felicidad era caro: había que pagar con mentiras. Pero él ya estaba demasiado harto de trabajar horas extras, del miserable sueldo que percibía, de convivir con sus padres jubilados en un ridículo piso, y sobre todo, de tener colgado en la pared de su habitación un diploma universitario que le recordaba que era otro perdedor más.

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PRÍNCIPES Y PRINCESAS DEL SIGLO XXI

Entre copas, él presumía de ser un triunfador nato: independiente, emprendedor, generoso. Ella, entusiasmada, aplaudía las hazañas de aquel caballero curtido en mil batallas existenciales. Acabaron la noche, ebrios de alcohol y deseo, en la cama de él. Ella se despertó al amanecer, aturdida por los ruidos de una aspiradora que provenían de la habitación contigua, y sola: el amante se había marchado horas antes para sellar el cartón del paro. En la mesita de noche, una nota de horrible caligrafía; no indicaba algún número de teléfono para volver a contactar, sino una sentencia (“lo siento mucho, yo soy un príncipe, pero tú no serás jamás mi princesa”) y un postdata (“no molestes a mi madre, márchate enseguida”). No tardó mucho en vestirse para huir de aquel castillo ruinoso para dirigirse a un bar, pedir un café con leche y tomar unas pastillas para la resaca. “Otro bufón más”, musitó la mujer mientras subía al autobús que la alejaría de aquel barrio periférico. Durante el trayecto, pensó en anular todas las suscripciones de aplicaciones para conocer hombres interesantes. Sacó el teléfono móvil de su bolso: se entretuvo en inspeccionar perfiles en la pantalla táctil. Y cuando bajó en la parada próxima a su calle, ya tenía concertada una cita para aquella misma tarde con un nuevo aspirante que podría ser el definitivo.

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Ana Patricia Moya

Ilustraciones: collages de Randy Mora.

TRES POEMAS DE «YO SOY LO QUE DICEN MIS MANOS» (poemario inédito)

kyle thompson

PADRE, MADRE: ACOJO, CON ADMIRACIÓN, RESPETO Y PESAR, VUESTRA (ÚNICA) HERENCIA \ LA GRAN FALACIA DE MIS PROGENITORES ES ERIGIRME COMO UNA MÁS DE LA CASTA DE LOS HONRADOS

Porque los principios
no dan trabajo
ni pagan facturas,
ni siquiera rescatan
a la conciencia nublada

porque mis llantos
resguardados en la almohada
no sirven para nada

porque ser leal a una misma
es destruirse

porque sólo enraízan
la
constante
sensación
de
fracaso

y la rabia, muda,

pero     latente        – aquí –        latiendo
en una víscera de seiscientos gramos exactos
muy enferma de verdad

muy enferma de respuestas.

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LA ZAPATILLA DE MI MADRE

I

De pequeña,
por cabezona,
la suela me enrojecía el culo.

Ahora,
rozando yo la treintena,
ella alimenta mi natural tozudez:

sigue golpeándote contra la pared,

       tarde o temprano se abrirá una grieta.

II

Sí, mamá.

Con mis cuernos rotos
haré un hueco  p  e  q  u  e  ñ   i  t  o
por el que pasarán los que están esperando
detrás de mí

porque yo ya habré muerto
de puro cansancio.

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LA RU(T)INA DE PAPÁ

Todas las puñeteras mañanas,
a la misma hora,
mi padre vomita

con el estómago vacío.

Arroja al váter
la angustia de saber
que ser honrado
tiene un precio.

ANA PATRICIA MOYA

IMÁGENES: Kyle Thompson